lunes, 19 de enero de 2009

Juani









Juani no me pareció andaluza la primera vez que la vi. Por su físico, sus facciones delicadas, sus ojos claros y su pelo dorado. Y porque parecía más bien tímida. Entonces habló y su acento delató irremediablemente su origen. A mí, que me encontraba aferrada a mis prejuicios, me pareció asombroso. Cuando le pregunté sobre los tópicos que se les atribuyen a los andaluces fue muy rotunda al contestarme: “Algunos son ciertos, pero otros no. Me sabe fatal que la gente piense que los andaluces somos vagos, por ejemplo, porque la mayoría es muy trabajadora y emprendedora. Estas creencias solo hacen mal a quienes, como yo, pretendemos llegar lejos en la vida”.
En su afán por convertirse en una gran arquitecta, Juani dejó hace tres años su pueblo natal a más de 800 kilómetros. Cree que seis o siete años de duro esfuerzo serán recompensados en el futuro convirtiéndose en una buena profesional. Lo más duro es estar lejos de su familia. “Añoro mucho las costumbres y a la gente de mi pueblo. Mi familia, mis amigos, mi novio…¡Y el sol!”
Juani Segado Cledera, natural de Arjonilla, Jaén, camina todas las mañanas hacia la facultad de Arquitectura de la Universidad de Navarra esquivando el viento de diciembre que corta la piel, tal y como hace unos años lo hacía su hermana Rosario. “Ella me da mucha fuerza para seguir en los momentos difíciles -dice Juani- No estaría aquí sin el apoyo de mis seres queridos”.
Los padres de Juani, Paco y María, son los principales referentes de la joven, en lo profesional y en lo personal respectivamente. Desde pequeña le inculcaron la importancia del esfuerzo y el trabajo para conseguir sus objetivos y esta convicción es lo que convierte a la Juani de aspecto frágil en una persona tan fuerte como la autenticidad de sus propias palabras.
“Me encantaría trabajar junto con mi hermana en el estudio de arquitectura de mi familia. Sé que con trabajo y dedicación lo conseguiré”.

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